No todo es vender: cómo reconectar con tu audiencia al final del año

Quedan los últimos meses del año y estos suelen aparecer con mucho ruido. Ofertas por el Black Friday, invasión de correos con descuentos y campañas de Navidad por todos lados. Todos compitiendo por atención en medio de una saturación publicitaria típica de fin de año, con mensajes que suenan iguales.
En este contexto, el agotamiento hacia las marcas se hace evidente. Un estudio reciente de Digital Skill (2025) afirma que, actualmente, una persona puede estar expuesta a entre 4.000 y 10.000 impactos publicitarios diarios. Es decir, que vemos y escuchamos una publicidad cada 21 segundos.
Esta saturación publicitaria de fin de año no solo cansa a las audiencias, también desgasta la percepción que se tiene sobre la marca. Por eso, el desafío que tienen para estas fechas va más allá de vender, es conectar mejor.
¿Qué pueden hacer realmente las marcas al cierre del año?
Muchas están dejando de competir por atención y, en cambio, optan por posicionarse desde conceptos con los que las personas sí quieren vincularse en esta época: cercanía, familia, gratitud, descanso. No se trata de apropiarse de ellos, sino de aparecer con coherencia cuando esos temas están al centro.
Pero esto no se logra simplemente cambiando el tono de una campaña. Requiere detenerse a observar el contexto real de la audiencia y responder a ese estado emocional.
Aquellas marcas que entienden esto tienden a destacar con presencia oportuna, sumando algo útil, genuino y simple. Lo que importa -y que es lo que termina marcando la diferencia- es que el mensaje tenga coherencia con la historia de la marca y con lo que la audiencia necesita escuchar. Algunas ideas para lograrlo:
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- Elimina lo innecesario: No todo lo que haces necesita una campaña. Selecciona bien qué vale la pena comunicar y hazlo desde un lugar honesto.
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- No subestimes lo simple: Un buen mensaje, dicho en el momento justo, puede tener más impacto que una gran producción. Lo importante es que se sienta cercano.
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- Recuerda a quién le estás hablando: Personaliza cuando puedas. Si vas a agradecer, hazlo con nombre, con historia y con memoria. Eso siempre se nota.
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- Transforma el cierre en una pausa real: A veces el mejor contenido es una invitación a desconectarse, no a seguir consumiendo. Un correo que no promociona, sino que acompaña, puede ser mejor recordado.
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- Elimina lo innecesario: No todo lo que haces necesita una campaña. Selecciona bien qué vale la pena comunicar y hazlo desde un lugar honesto.
En definitiva, antes de lanzar una nueva campaña para cerrar el año pregúntate si tu mensaje suena honesto o solo más fuerte, porque cuando una marca se anima a bajar el ruido y hablar desde lo más auténtico, se diferencia de manera real.
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